Por Fernando Borja Gallegos
La corrupción imperante en Ucrania y el plan de racionar los suministros de energía en el próximo invierno, torna el panorama mucho más sombrío y complicado que hace más de un año.En lo atinente al conflicto bélico, las tropas ucranianas pierden día a día más terreno, especialmente en Pokrovsk.
La Unión Europea, es decir, sus aliados, en virtud de la pública corrupción en Ucrania y los muchos problemas que los agobian, torna difícil que persistan en su ayuda incondicional a Ucrania.Los escándalos de corrupción no es una novedad en Ucrania. Al inicio del conflicto bélico se habló de que “la corrupción no era prioridad, por ende, las investigaciones debían detenerse hasta derrotar a Rusia”.
El citado criterio se desmoronó a raíz de que la Oficina Nacional Anticorrupción de Ucrania (NABU) ha abierto investigaciones sobre escándalos que involucran a ministros, viceministros y altos funcionarios.
Como precedente, tenemos que la sociedad ucraniana, hace pocos meses, organizó grandes protestas antigubernamentales luego de que el Parlamento dictó medidas para debilitar a la Oficina Nacional Anticorrupción y a la Fiscalía Anticorrupción. El gobierno cedió ante la presión de la sociedad y de organismos en lo interno y en lo internacional.Interesante subrayar, en estos precisos momentos, que la Unión Europea busca definir el camino que le permita el uso de activos rusos congelados. Pretensión no aceptada en la comunidad internacional.
En medio del caos imperante, los ataques rusos a la red eléctrica y de calefacción, así como el ataque a las infraestructuras de gas que han obligado a detener más de la mitad de su producción, presagia un oscuro invierno.
En respuesta a lo anotado, Ucrania afirma que intensificó sus ataques a depósitos y refinerías en Rusia.Se infiere de lo expuesto, que el invierno será cruel y la oscuridad producto de la corrupción será implacable, en virtud de la trama de corrupción que escandaliza a Ucrania en este momento.
Sobornos por 100 millones de euros, detectada en la Empresa Energética más grande de Ucrania, ha obligado a una de las principales figuras del gobierno de Zelenski a renunciar. German Glushenko, tuvo que dejar el Ministerio de Justicia, en vista del negociado que salpica a varios funcionarios amigos del Presidente. La Primer Ministra, Yulia Suyrdenko, tras una reunión de emergencia del Gabinete, así lo anunció. En la trama de corrupción fue acusado Timur Mindich, copropietario de una productora fundada por Volodimir Zelenski.
Finalizo mi artículo rememorando al gran escritor ecuatoriano, Juan Montalvo que, en su libro Mercurial Eclesiástico, asevera:
“Los Mandamientos de la Ley de Dios rezan: no robarás, esto es, no robarás a nadie, ni a tu padre ni a tu madre, ni a tu prójimo, ni al Estado. Robar a la Nación es robar a todos: el que roba al Estado es dos, cuatro, diez veces ladrón: roba al que ara y siembra; roba al que empina el hacha o acomete el yunque; roba al agricultor, al artesano, al artista, roba al padre de familia; roba al profesor; roba al grande, roba al chico; el que roba al Estado, roba a todos y todos deben perseguirle por derecho propio y por derecho público”.
El noble y valiente pueblo de Ucrania, debe actuar en consecuencia.
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