
Javier Simancas C.
«La indiofobia»
Cuando los españoles llegaron a tierras indias se encontraron con una sólida organización política, económica y social a tal punto que, en algunos casos, la dejaron intacta para aprovechar sus bondades.
Ese modelo como lo llaman ahora, era diferente al que imperaba en ese entonces en la Espafla feudal e imperialista que, en cambio, frente a los otros imperios auropeos estaba rezagada.
Desde ese entonces, y a lo largo de estos 500 años, los indígenas han sido objeto de múltiples estudios, investigaciones, utilizados, vejados y explotados, sin que gobierno o político alguno haya podido encontrar las alternativas válidas para una auténtica incorporación al desarrollo nacional.
Todo se ha mantenido inalterable, sinembargo de los cambios y transformaciones que ha sufrido el mundo y particularmente el Ecuador.
Cuando los grupos sociales se interesan por su auténtica reinvindicación, los gobiernos también han puesto uno que otro ingrediente. Se iniciaron varios programas de alfabetización, se delinea ron programas de desarrollo comunal. En definitiva, se ha querido integrarlos al «estado moderno», incluso tratando sus problemas al más puro estilo colonizador.
Las relaciones Estado-indígenas-mestizos, ha sido de permanente conflicto. El mismo hecho de que se utilice a ese conglomerado humano en tiempos de campaña electoral, ahonda más la brecha y el sentimiento de rebeldía.
Su despertar coincide con una serie de acontecimientos que se registran a lo largo y ancho de América en estos últimos diez años. En el Ecuador, como una consecuencia del aparecimiento del petróleo en la amazonía y la intensificación del proceso colonizador auspiciado por el IERAC; en las zonas centrales de la Sierra también el proceso reindicativo es notorio en el mismo período.
En estos últimos dos años, estos pasos son canalizados desde las más altas esferas del gobierno con la más lógica intencionalidad como es traducir en hechos todo un prolongado discurso de ofertas y engaños.
Nadie se opone a ello. Es más, los aplausos no se hicieron esperar. Mas, los otros factores, aquellas filtraciones extrañas, han distorsionado la iniciativa y ahora el gobierno quiere deshacer los que ha venido haciendo.
El miedo después de haber «sembrado vientos para cosechar tempestades» ha paralizado todo un plan social y económico que puede terminar bien, a través de los acuerdos puntuales.
Pero lo cierto es que en algunos sectores oficiales la «indiofobia» prima sobre el afán de encontrar soluciones y si bien los diálogos se han reanudado, nada hace preveer que los problemas de fondo sean resueltos a corto plazo, por el bien de ese conglomerado humano, por la paz y la no violencia entre ecuatorianos.
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Comentario sobre la indio fobia pero no está junto con el articulo. A donde llega estos comentarios ???
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